sábado, 22 de marzo de 2014

Palabras.

Aceptémolso de una vez. Soy más feliz que una perdiz ¡No tengo novi_! ¡Hace cuatro días que no veo a mi mejor amiga! ¡Hace semanas que no salgo a ningún lado! ¡Veo a mi padre dos veces cada seis días! ¡Y mi himno, Labios Compartidos, se ha convertido en mi día a día! ¡Pero soy feliz!
Y no sé porqué, pero miento. Pues claro que sé porque es. Libros, cómo siempre. ¡Libros románticos, de aventuras, de misterio!

No sé cómo empezar, así que supongo que escribiré lo primero que se me pase por al cabeza.
Hace más de tres semanas que no salgo a ningún lado con mis amigas. Auqnue debería decir amiga. Tal vez porque está mala, o tal vez porque es tan feliz con otra persona que no me veo capaz de quitarles una tarde. Me conformo con hablarla de vez en cuando, que me cuente sus cosas, callar las mías, ya no espero que me entienda, no lo necesito. Que me hable de él, de su felicidad, del tiempo que pasan, de lo cambiada que está, de lo madura que parece. Tan sólo espero que sea ella misma.

No tengo pareja. ¡Por el Ángel, para qué la quiero! No podría llevarlo, ¿Cuándo quedaríamos? ¿Cuándo hablaríamos? Si lo único que hago es leer, y escribir en el cuaderno de viajes. Tal vez es que ya me he acostumbrado a no necesitar a nadie, a lo mejor es miedo (no, tan sólo es imposibilidad), o a lo mejor esque aún no he encontrado una razón por la que vivir mi propia vida.

Mi familia está mejor. Es, sencillamente, como antes. Quiero ir a Barcelona en Semana Santa, ¡Ojalá!

¿Para qué hablar de mi corazón? Está como siempre, rezumando esperanza y a la vez aceptación.

Pero lo más importante de todo es que he vuelto a ser esa yo. La yo que se pasaba los días leyendo. La yo que no la importaba dejar a sus amigas de lado en el recreo y leer sola en el recreo. Y por raroq ue parezca siento que de esta manera vuelvo a ser la que era. Y no la que soy ahora, fría, ajena, superficial, conforme, y enamorada. Soy libre, grito de emoción al conocer las aventuras de los personajes, me muerdo las uñas cuando sé lo que va a pasar, río cuando el amigo friki dice una cosa estúpida, envidio cuando tienen a alguien que necesitan por encima de todo, y lloro cuando la tristeza les inunda. Y suavemente paso las hojas de cada libro, esperando con emoción un nuevo dialogo, una nueva palabra de aliento que me de la vida, que me dé fervor y esperanza, que me haga sentir ligera.
Leo un libro por día, me acuesto aa las dos todos los días y me desperto diez minutos antes de que suene el despertador porque en mi sueños he soñado con el libro y quiero leer un poquito más antes de levantar e ir al cole. No existe nada más para mí. Nadie entiende mi desesperación. Nadie lee los libros conmigo, ni entiende que la mayoría de mis actitudes, frases y pensamientos son de libros.

Jamás pensé que diría esto, pero soy libre, y soy valiente. Los libros me ayudan en mis peores momentos, me hacen suspirar, y quitan la respiración. No soy nada, no soy nadie. Soy palabras.

¡Así que aquí estamos! Leyendo de nuevo, y siendo cómo una perdiz. Mi vida no tiene sentido, pero me he dado cuenta de que menos sentido tendrían si no pudiera vivir otras vidas.
¡Lean!

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