Otoño y sus quéhaceres.

A veces me gustaría montarme en un columpio y sentir que alguien me empuja para volar y volar más alto. Es una mierda de frase, lo sé. Tengo una amiga que odia lo cursi, pero sin embargo es la persona que más llora por esas cosas.
Parece Invierno. Y no me gusta. El Invierno me gusta sólo de vez en cuando. Yo siempre preferí la primavera. El otoño también me gusta claro, pero este año no hay otoño. Las hojas no están desperdigadas por el suelo, ni huele a leña, tampoco brilla el Sol entre las hojas. Este año no hay otoño. Ni tampoco habrá primavera. Ni tampoco habrá una tarde de paseo, ni chocolate caliente después del colegio, ni heladas de frío los Viernes en el parque. Este año no habrá nada.
Hay una gran diferencia en estar sola, y decidir estar sola. Aunque al fin y al cabo la implicación de una no exime a la otra.

Sin embargo ahora entiendo a todo el mundo cuando dice que tener novio en Invierno es cómo tener una barca con remos, sirve, pero no navega por si solo. Yo no pido (ni quiero) un novio, pido a alguien con quien pasear por Madrid en las tardes de los Viernes, con quien ir en Autobús a todos lados. No pido un chico, tan sólo quiero una amiga que sea silenciosa, que lea, que ame la soledad, y que ame la vida, no tengop ni familiares, ni amigos, ni hermanos así. Y eso es lo que más duele. No tener nadie con quien ir, porque no conoces a nadie así.
Por esas cosas imposibles, que tendré que hacer sola. Clasificar las hojas, las flores, y los árboles del Jardín Botánico, esperar la cola del Chocolates Valor, para después pedir mucha leche con muy pococ chocolate, ir en bicicleta a cualquier sitio, hacer fotos al Sol, pasear a bebés en carricoches, cenar en un restaurante, comprar libro antiguos en la librería Gijón, ver una pelicula con muchas mantas y lacasitos, hacer un blog madre e hija, jugar al billar, escribir, hablar de cosas filosóficas, coger el 65 para ir al paseo Extremadura a comprar Fartons, comprar bufandas y botas amarillas, aprender encuadernación, leer la Odisea, hacer un ángel en la nieve o en la arena, celebrar Nochevieja en la playa, volver a la cabaña, coger piedras de los ríos.
Así sólo me hago daño a mí misma, así sólo me siento más sola.
Feliz año sin Otoño.