martes, 17 de septiembre de 2013

Kantra rue tarsa.

 Hola, donde quiera que estés:
Simplemente tenía que matarte, tenía que acabar contigo, tenía que destruir todo lo malo que hubo en ti. Hubo, pasado. Ya no estás aquí, y la vida parece menos difícil, aunque suene egoísta, te quería (Y te sigo queriendo, aunque nos separen miles de velos) pero eso no hacía nada fácil todo lo demás. Desde que te fuiste no he dejado de pensar en cómo decirte esto que tengo que decirte; ¿Pero no prefieres, tú que siempre amaste las declaraciones, que te diga un bonito discurso sobre mis sentimientos? ¿No mereces que te diga en muerte todo lo que no te dije en vida?
No sé por donde empezar, ni siquiera sé cómo empecé a enamorarme de ti, solo sé que aquellos días los guardo en una caja plateada en el fondo de mi alma, aquellos días de largos paseos en la colina del Muerto, aquellas tardes otoñales en el cálido suelo de arena. Recuerdo un día especialemnte; Tú estabás sentado con el tronco y las caderas ladeadas hacía mi, y las piernas en forma de sirena, podrías haber parecido un tanto femenino en aquella posición, sin embargo eso sólo fue de las tantas pruebas escondidas que me mostrabas. Parecías un hombre sirena, con las manos juguetendo en los cordones de la bota, los ojos infinitamente azules mirando al mar cómo quien reconoce a un antiguo amigo. La arena acogia la forma de tu cuerpo, parecias un dios marino, un capitan enfurecido, un poeta roto, un alma perdida. No me acuerdo de si estaba amanecienddo o atradeciendo, no me acuerdo de si estaba, lloviendo, o nevando, ni tampoco me acuerdo de qué color era el mar, o cómo de enfurecidas estaban las olas. No me acuerdo de nada, y sin embargo veía todas esas cosas en ti. En tus ojos vi el sol, en tu cuello la lluvia, en tu respiración las olas. En ti me vi a mi cómo un navío perdido. Tampoco me acuerdo de tu rostro, solo sé que eras del color azul. Yo estaba cogiendo conchas en la orilla, o tal vez estuviera mirando las huellas de mis pies desaparecer con las olas, cómo pirata que reclama un tesoro. Solo sé que estaba cerca de ti, más de lo podría haber imaginado nunca. No me estabas tocando y sin embargo yo notaba cómo acariciabas mi mejilla, no me estabas besando sin embargo veía tus labios suspirar con los mío, el viento. No me abrazabas sin embargo los rayos del sol, me envolvían. No sé qué pasó después si me tumbé contigo, o nos bañamos los dos. Solo saqué algo en claro de ese día, y esque comprendí en el fondo de mi corazón que tú eres lo que siempre fuiste, el mar. 
Entonces me acuerdo de la ira de Calipso, la ira de un corazón roto. Volviste como habías venido en silencio y mirandome.No te defendiste aun mientras yo te estuviera acuchillando, solo recuerdo tus ojos y tus últimas palabras "Se llamará Sennah"
Está dentro de mi, y la llamo Sennah. Sennah Lira, Lira por mi, Sennah por ti.
Volveré a la orilla, pero no te la entregaré, Calipso la matará, me lo ha dicho Kahre. La profecía se cumplirá, sólo si no entrega su corazón a la tierra.

"Kantra rue tarsa"; Que sea el mar.







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