lunes, 26 de agosto de 2013

No hubo 500 noches. Hubo toda la vida.

A veces solemos creer que el amor es un bálsamo contra la maldad, pero ¿Y si fuera el amor el causante de tantas y tantas desgracias? Desgracias a nivel personal, como la baja autoestima, la infravaloración, el abandono del amor propio o incluso la fe y la confianza en ti mismo y en los demás. Pero el sufrimiento no es más que otra forma de vivir. Hay gente que vive únicamente para sufrir, para preocuparse por los demás, para vivir por y para su familia o amigos, esos son los que tienen el alma vacía, no comparemos su alma con otra disección, las personas sin vida interior son una negligencia ajena posible de toda comparación.
Luego está ese otro significado del sufrimiento. El sufrimiento momentáneo, no es una forma de vida pero pertenece como factor de la misma. Sufrimientos tales como la muerte de un ser querido, un corazón roto, una enfermedad, el dolor de un hijo, y la separación de un hermano. Esos son dolores que conllevan madurez, y para eso vivimos, para comprender los tejemanejes atrevidos y desapasionados a su vez de la vida. Pero como dijo alguien "Llega un punto en el que entendemos la vida, y es cuando nos vemos a las puertas de la muerte". Ironía como forma de vida. Estos sufrimientos los superamos gracias a nuestra vida interior. Y es el cerebro y la sabiduría que guardamos en él lo que nos hace pensar, que no necesitas ver el rostro de una persona para que la quieras. Sin embargo a veces el rostro era la ventana del alma.
Es normal que eches de menso sus ojos, porque en ellos podías reflejarte como persona, y es que no había nada como verse a si mismo reflejada en la transparencia de sus ojos. Aquellos ojos verdes. No tacha eso, tus ojos son tus ojos, y no son verdes, tus ojos eres tú, atrevido, orgulloso, apasionado, desinteresado, tímido, ¡Ni siquiera puedo describirte con adjetivos! Y no es por tu magnificencia sino porque las palabras nos encarcelan en sinónimos de belleza, que no tienen nombre. Ni siquiera puedo decir que tú eres tú porque en la vida estamos hechos de los pedacitos de los demás. Eres más de lo que quero, y puedo escribir. No quiero verte reflejado en un texto, quiero que tu seas una persona de carne y hueso y no un rostro de tinta. Quiero verte en persona y sin embargo cuando te miro veo en ti un humano incapaz de representar la belleza con la que mi imaginación te piensa día tras día. No diré que estás muerto para mí, sin embrago he encontrado un epitafio que sería tu sombra.
"Nunca dejó de hacerme daño, gracias a ello sobreviví"

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