lunes, 15 de julio de 2013

Los campamentos y otros recuerdos.

Y ahora que escucho tu voz, y es como si me susurraras al oído que nada ha cambiado, que las tardes de reflexión y sabiduria que pasamos siguen siendo el  presente.
Que las tardes disfrazados de piratas, de rubiks, de soldados, e incluso de princesas escondidas, fueron la infancia más hermosa que tuve. Hay tantas cosas que siempre recordaré que aún me parece imposible que haya crecido, porque las tengo tan presentes. Es como si un halo de impotencia de miedo de soledad me acogiera me diera sus huesudas manos y me arrebetara la grandeza de la infancia.
Solo sé decirte que al igual que tú me has enseñaddo siempre habrá un ángel en mi vida.
Sé que "Mañana despertaras y verás que por fin amanece"
Sé que la risa es parte de ti, como agua que fluye en un río. Te perteneces a ti mismso, pertencemos a las personas que nos han hecho felices.

Hay tantas cosas que quiero recordar, que no quiero olvidar.
Me acuerdo del primer campamento, fue la experiencia más inlvidable de mi vida. Era la peque del campa junto  a Eva. Éramos los micos en un mundo de mayores, y de palabras mayores. Me acuerdo de la piscina, como dos campos de fútbol, profunda, ni siquiera llegaba al fondo. Me acuerdo de una noche de tormenta en aquella gran tienda de campaña. Incluso tenía una mamá que era una de las chicas mayores. Me acuerdo de las molestas e incesantes moscas y nuestro continuo intento por matarlas. Me acuerdo de los talleres, de las veladas. Especialemnte las de miedo, era como sentirse una heroína. Me acuerdo de cantar la de "Un lobito bueno" una y otra vez. Me acuerdo de que nos duchabamos con mangeras en mitad de la nada. Me acuerdo de la sensación de tener un grillo atrapado en tus manos. Me acuerdo del paseo con los caballos. Me acuerdo de las misas, del cansancio llegada la medianoche, de Torrente y sus fotos. Me aucerdo de Dobby. Mombeltrán.

Luego llegó el segundo campamento, León. La historia iba de Harry Potter. Me acuerdo de que mi equipo y yo ganamos, y conseguimos una copa llena de huevos Kinder. Me acuerdo de mi primera pelea con Eva y mi escapada cn Valentina. Me acuerdo de Pilar y sus reflexiones. Me acuerdo del comedor, me acuerdo del paseo hasta el río. Me acuerdo de aquel día en el bar que llamamo a los padres. La voz de mi madre después de tantos días de no oírla, la sensación llena e indescriptible de tener un secreto que esperas que se repita año trás año.  El último día y mi frustante intento de bailar con aquel chico. Cuando el otro chico moreno me pidió un baile, pero al final no salimos a bailar. Cuando fuimos en tren y luego andamos para montar en caballo y al final no lo conseguimos. Cuando jugamos a Princesa e íbamos las dos gemelas y yo. Las escaleras, el campo llano, el río lleno de bichos.

Un año más llegó otro campamento Atazar I. Era un edificio grande con dos pisos. Me acuerdo de dormir con Nuria y con Almudena. Me acuerdo de Alejandro y su celosía con Eva. Me acuerdo de aquella noche que em caí de la cama y fui emndigando un poco de espacio en el colchon. Me acuerdo de subir a la planta de arriba al terminar de ducharme para que Elisa me peinara. Me acuerdo de cuando me caí al suelo y me clavé una piedra en la mano, el apoyo de Rober al llevarme a enfermería. Me acuerdo de la sensación continua de echar de menos a mi hermana. Me acuerdo de las comidas con la novia de Truji. Me acuerdo de la piscina. Me acuerdo de San Fermín, y cómo lo celebraron los monitores. Me au¡cuerdo de la visista al Atazar.

Luego llego Atazar II. Ese año fue increíble. Vivíamos en la casa Sandy, en la misma habitación Henar, Lucia, Andrea, Almudena, Nuria y yo. Y en la de al aldo, Celeste, Bea y Aixa. Me acuerdo de las olimpiadas d epor la mañana, de aquella partida de béisbol. Me acuerdo de las revisiones de las habitaciones, de los churrazos al despertarnos, del comedor. De la piscina y las tardes haciendo Aquagym con Pilar e Ismael. De cuando Sera tiró a la piscina a  Nuria, y ella iba con ropa. Me acuerdo de las veladas y las moendas del pirata. Me acuerdo de el último día y nuestra famosa canción "Roberto el melenas el terror de las nenas". Me acuerdo de escalar aquella pequeña montaña, y las historias de J.J sobre la casa de más abajo con los tres 666 del diablo.


Son muchos los campamentos, los mejores fueron esos y el de Valencia '11.
 Sois la infancia más bella que un niño haya podido tener. Gracias.



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