domingo, 23 de junio de 2013

-Annabel-


-Por lo tanto, Juan, vamos a lo que vamos. Cuéntame ¿Por qué me has honrado con tu presencia a estas horas de la noche, despertandome a mí y a mi revoltoso gato? ¿Qué problema no te deja dormir?
-Verá resulta que hay una chica...
-Vaya vaya con el señorito, su problema es una chica.
-Sí. Se llama Annabel, es la hija del herrero, como bien supongo que usted sabrá. Ha desaparecido. Ha sido esta tarde. Su padre la ha buscado por todos lados, ha preguntado a todas sus amistades, familiares e incluso vecinos. La ha buscado en el bar de Lope, que siempre suele estar ahí enfrascada en un libro, pero el deuño ha dicho que la últia vez la vió fue hace un par de días en la celebración del cumpleaños de su prima, en la que yo por cierto estaba presente, y puedo afirmar que acudió. La desesperación del padre cuando me han llamado para preguntarme si sabía donde estaba me ha echo preguntarme quién, de las personas que habitan en el pueblo, puedo ayudarme a resolver este secuestro, y entonces he pensado en usted.
-Bien hecho Juan, pero muy pronto piensas tú en secuestro. Por lo pronto explicame, a que hora se la vió por última vez.
-A las cuatro de la tarde. Annabel, había ido a visitar a nuestra amiga Lena. Lena, por si no lo sabe, vive a las afueras, justo en el cruce entre el camino que lleva a Rosewall, y la Estación de Paradoor.
-¿Se sabe el mótivo de la visita?
-No quiero ser cotilla, pero hace unos días me enteré de un rumor que corría por el pueblo. Lena ha sido pretendida por el chico que le gusta a Anna desde que era pequeña. Sé que Anna sabía del rumor, y desde aquellos días la nota más furiosa, más borde, más contenida. En su caso lo veo normal, Lenna su amiga de toda la vida a punto de casarse con el chico de sus sueños. Desde luego y por la amistad cercana que me une a ella, y en un momento de arrebato por su parte me prometió que nunca la volvería a ver, "ni aunque fuera la última persona del mundo" con estas mismas palabras. por eso me asusté tanto al saber que iba asvisitarla ¿Que le pasaría por la mente? ¿Querría echarle en cara el amor de su prometido hacia la persona equivocada?
-Mmm, interesante. Bien, caballero acómodese voy aa busacr unas cosas y ahora vengo.-Subí a la biblioteca y cogí un mapa de Rosewall y un horario de los metros y sus destinos. También recogí el informe de todas las personas cercanas a Anna, en los cuales estaban detalladamente relatados las caracteríticas principales de cada persona.
-Bien Juan, cuentame la relación que tenía Anna con sus padres.
-Supongo que podré contarle lo que usted segura que ya sabe, al igaul que el resto del pueblo. Anna nunca me comentaba nada sobre la relación con su padre, ya que su madre está de gira con un teatro. Por lo que sé su padre quería que Anna se casará con el hijo del ayudante, que colabora con él en la herrería. Por algo relacionado con perpetuar el negocio, como es razonable. Anna estaab totalemnte en contra. Al igual que el padre estaba totalemnte en contra de que su hija siguiera los pasos de su madre y se metiera en el mundillo del teatro.
-¿Sabes donde está la madre de Anna en estos momentos?
-Sí, creo recordar que esta semana y las dos siguientes actuaban en el teatro de Greenwild.
-Bien. ¿Sabía el padre sobre sus amoríos por el prometido de Lena?
-Me temo que no.
-Estupendo Juan, necesito que me hagas un favor.
-Lo que sea.
-Vas a hacer una visita a la casa de Lena, consolarás al padre, y aprovechando registraras la habitación de Anna.
-¿Puedo preguntar que tengo que busacr?
-Por supuesto. Busca las amaletas, comprueba si estan. También busca en su armario, si falta alguna prenda. Confío en tu discrección, y avísame cuando hayas acabado. Y ahora marcha.
-Hasta luego.
Abrí el informe de Anna, que aunque me sabía de memoria, pues yo los había escrito, quería repasar un detalle. El informe así decía: "Despreocupada, sus movimientos eran de una persona segura pero cuidadosa. Su continuo agarre por tocarse el pelo, era de una manera de ahuyentar sus nervios, su tímidez. Sin embargo no era una persona reservada, con sus amistades mostraba una faceta cariñosa, alegre, e incluso un poco loca. Caminaba apoyandose en las punteras, lo que mostraba su aficción por el ballet, sus dedos finos alargados y delgados estaban llenos de tinta lo que dejaba ver que era una escritora de relatos cortos e improvisados. Siempe llevaba bolsos o mochilas, que supongo sería para guardar muchas cosas, lo que muestra una persona apegada a objetos y a recuerdos. Por la forma de mirar a la gente diría que es lectora, sin duda, observa a las personas cómo experimentos complejos, califacaba a la gente con apelativos de libros, lo que ya aseguraba su vicio, para nada peligroso, que era la lectura."Después busqué en el mapa las principales bibliotecas y academias de ballet de Rosewall. Y también la sde Greenwild. Busqué en el horario de trenes y encotrando la solución al enigma decidí ir a visitar a Lena. Ví la hora en el reloj del salón, eran las sisete de la mañana, la visita de Juan había durado casi dos horas. Calculé el tiempo que había desde mi casa la la casa de Lena, que más o menos era una hora. A las nueve y media salía por fin de una conversación exhaustiva con Lena. Con esta conclusión: Lena no había ido a visitarla la tarde anterior.
Recibí un telegrama de Juan anunciandome que faltaban algunas prendas de ropa, su vestuario de baile, algunas joyas y un par de botellas de leche. Y entonces resolviendo mi enigma fui a la estación de Paradoor, y me subí en el siguiente tren que llevaba a Greenwild. En el tren busqué en el mapa el hotel más cercano al teatro. Sin embargo encontré uno que estaba a media distancia entre la famosa academia de baile, la biblioteca, y el teatro, llamado "El hostal de Isabel". Tras dos horas de viaje, puse destino al Hostal de Isabel, y allí pregunté por Annabel Hastings. Efectivamente allí estaba hospedada. Me quedé esperando a que volviera, y cuando llegó, me dispuse a hablar con ella, y llegamos a un acuerdo. Ella se comunicaría con Juan anunciandole dónde estaba y haciendole prometer que no se lo diría a su padre, si yo no comunicaba al padre el paradero de su hija.
-Sabe, hay algo que no me cuadra de todo esto, ¿Cómo supo que estaba aquí?-me preguntó Anna.
-No me ha sido muy difícil resolver el misterio. Sabiendo el rumor y sus problemas con su padre y con Lena, llegué a la conclusión de que era una huida voluntaria. Puso como escusa que iba a vissitar a Lena porque hasta su casa el trayaecto es de una hora, tiempo de sobra que le daba para coger el tren hasta Greenwild y llegar aquí antes de que su padre se empezará a preocupar. Sabía que a Rosewall no había ido pues no tiene nada en esa ciudad que le haga quedarse. Sin embargo en Greenwild estan su madre, su querida academia de baile y su amada biblioteca.
-Ha sido usted muy inteligente. La verdad en mi ciudad no me quedaba nada. Mi padre, un herrero enloquecido en perpetuar su negocio sin importarle si así destrozaba los sueños de su hija, y mi amado el cual está prometido con Lena. Lo único que siento es separarame de Juan.
-Bueno, resuelto este asunto, me despido señorita Anna. Le deseo mucha suerte en su vida, y si me permite darle un consejo, no rompa su conexión con Juan, atl vez podría lamentar algún día la ruptura de su amistad e incluso el amor que siente Juan por usted.


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