domingo, 4 de noviembre de 2012

Juguetes para la imaginación.

¿No lo echas de menos? ¿No echas de menos pelearte con tu hermano por un juguete? ¿No recuerdas esas tardes llenas de imaginación, donde si te aburrias escogías otro juego? Cada día lo echo más de menos.
Cuando era pequeña tenía la costumbre de ir a jugar a la habitación, normalmnete con mi hermana. No podíamos hacer mucho ruido, porque mamá estaba dormida. En un reino de silencio, nos divertíamos. Cómo han cambiado las cosas desde aquellas tardes.
Mi hermana era de aficiones a muñecas y todo tipo de bebes y actividades maternales. Habremos tendo unas seis o siete muñecas a lo largo de nuestra nfancia, pero sin duda la mejor fue La Baby Born. Podías darla el biberón, cambiarla el pañal, consolarla si lloraba, vestirla con diferentes modelos y dormirla. Era como tener una hermanita más pequeña o una hija como soñabamos nosotras. Nos inventabamos una vida. Un marido rico, una casa grande y con todo tipo de comodidades, un trabajo divertido, unas amigas... Mi hermana en cosa de muñecas digamos que era la protagonista, yo era 'La visita inesperada con merendola e hijos incluidos' Hablabamos de nuestra vidas, como personas adultas. También me acuerdo que yo era la que siempre hacía las papillas, los biberones, las sopas, los cafes...Porque he de admitirlo yo he sido niña de cocinitas y de limpieza y también de herramientas. Y como casi siempre jugabamos a las muñecas, muy a mi pesar, intentaba siempre, en el transcurro de la tarde ambientar la historia a las cocina. Me inventaba que tenía un restaurante o una cafetería y que mi hermana me ayudaba de vez en cuando. Armaba unas... Que si la tostadora, la cafetera, el microondas, la sarten... Y como no mi libreta para apuntar los pedidos. Y la caja claro, con sus billetes del Monopoly y monedas de 1 0 2 centimos. Me metía tanto en el papel, que de verdad creía que estaba en un restaurante con sus prisas sus platos rotos sus gritos al cocinero...Entonces llegaban las 17:00 y el hambre acudía de nuevoo a nuestros estomagos. Saliamos a escondidas hacia la cocina y alli comiamos cualquier cosa. Y si aveces mama ya estaba despierta pues merendabamos juntas. Y acompañadas claro, de una pelicula, normalmente de Disney. Era una rutina, y no quería cambiarla... Pero crecimos, y mi hermana ya no tenía la imaginación ni las ganas de seguir jugando, y poco a poco la perdi, No acudía a la habitación a jugar, prefería echarse la siesta o ver la tele. En aquellos tiempo no la entendía ¿Quien preferiria ver la tele antes que hacer tu la pelicula? Desde luego que continue jugando un par de años más sola. Pero no era lo mismo, la habitación estab muy sola, y para algunos juegos necesitaba a dos personas. Por eso me alejé mas y mas de los juguetes. No sé por qué, pero de repente no sentía la necesidad de jugar, podía estar igual de bien viendo la tele. Tus juguetes van criando polvo y se adueñan de ellos una entendida tristeza.
La imaginación se va perdiendo, y la vaguedad se adueña de ti. ¿Qué sociedad es está, que cambiamos a la imaginación por un caja con imagenes?
Ayer me dijeron, que se me daban muy bien los niños, que tenía muy buena imaginación y que parecía uno de ellos cada vez que jugaba con pequeños. Tal vez esque los entiendo, y quiero que expriman al maximo toda esa preciosa imaginación. No hay mejor recompensa que la alegria de un niño.
Por eso te propongo algo. Saca tus juguetes, tocalos y recuerda. Recuerda su olor, su tacto al tocarlos. Recuerda lo que vivistes con ellos, las historias qe os inventaisteis juntos. Ahora dime ¿Has abandonado tu imaginacion por un par de productos tecnologicos?

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