lunes, 10 de marzo de 2014

Lunnaris.

Era invierno. Creo recordar que era Invierno, aunque sólo lo deduzco por el frío que hacía, pero ahora que el tiempo y la distancia han aclarado mi alma y mis recuerdos creo que solo sentía frío en mi interior y no porque fuera verdaderamente invierno, sino por la profunda desazón que recorría mi cuerpo dejandome helada. No se neceista saber el día, y sin embargo creo que era el tercero de aquel impronunciable mes. Se llamaba Victoria, y para mí no fue más que una derrota.
***
He estado huyendo de la primera persona que soy. Tengo miedo de escribir, y es algo tan nuevo y diferente que no me encuentro en mi interior. Ya no hay una ventana que transmite mensajes del exterior al interior, sólo mi interior conoce la firmeza de este sentimiento, y sólo mi exterior sabe lo difícil que es pensar en no volver a verte. 
Quiero dejar que todo salga de mí, quiero hacerlo, pero no lo merece. Y es por eso que he decidido cambiar el género aunque por primera vez en mucho tiempo me sienta más. Más eso. Más libre. Libre al pensar que hay un secreto encerrado, y esclava la mismo tiempo de este infierno, que me obliga a mentir a mi familia quién soy verdaderamente.  No soy más que una mentira, más que una ilusión de la niña que a ellos le gustaría que fuera. No había hecho esto nunca, pero voy a hacerlo. Voy a hablar de mi familia, aquí, y sólo aqui, porque mi diario ya no tiene más hojas para dedicarselas.
Mi hermana mantiene una relación insana con un chico adultero que no la quiere. Toda mi familia está en contra y ella no hace más que llorar por las esquinas. Es por ella y por dar a mi familia un poco de mi sensatez, que soy cómo soy. Es decir, una joven que quiere estar sola toda su vida. Tengo tanto miedo de lo que implica tener pareja y las consecuencias que pueden traer que me he acomodado a la soledad.
No conocí a mis abuelos, y sin embargo nací el mismo día que mi abuela.
Tengo tres maravillosos tíos que son parte de mí tanto como escribir o leer. Han sido mis tres luceros, y no hay cosa que me de más miedo en este mundo que es que se mueran. No hace falta una explicación. Ellos han sido mis vacaciones, mis protectores, mi cultura, mis sueños y mis deseos de un mundo mejor. No hay hombre más culto que mi tío, no hay mujer más dulce que mi tía, y no hay mujer más rara, inteligente y cotidiana como mi otra tía. A veces pienso que viajar sin ellos no es viajar, y que es mejor no intentar volver a viajar cuando ellos no esten porque eso solo me haría más daño.
Mi madre es mi heroína. Escribo un diario para mi hija, para que me conozca como mujer y no solo como madre. Miento a mi familia haciendoles creer que solo me interesn los chicos cuando estoy enamorada de una chica y no me imagino sus reacciones porque trastocarían todo el cariño que siento por ellos. 
Desde hace un par de años mi vida ha cambiado. Tal vez a peor. Y sin embargo me he acostumbrado a vivir de este modo. 
A vivir queriendo, sin que me quieran. A vivir llena de miedos. A vivir llena de soledades. A vivir de mí, porque es lo únicoq ue no me va a abandonar.

Hay un sueño que marca quién soy. Cogerla de la mano. Y ese simple hecho ha trastocado todas mis creencias, aptitudes, miedos y sueños.

Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario